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Vivir en Cuba y ser Queer ha sido elección. Mi vida es un fino equilibrio entre el ejercicio de la maternidad, el feminismo y el marxismo crítico.

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jueves, 27 de junio de 2013

Desde New York 3: #LOVEWINS y es día de fiesta

... y olvida ese maldito, 
maldito mundo fuera 
En nuestra intimidad...
Dúo Buena Fe, 2003

Seamos realistas, pidamos lo imposible
Pintada  callejera  en París, mayo de 1968

Hoy yo no debía hacer nada en el blog. Dejé programada la publicación de "La etiqueta equivocada" y me concentré en la investigación... entonces llegó la nota del Washington Blade: #LOVEWINS y me di cuenta de que de nuevo la historia cambia ante mis ojos.

En mi niñez, las terapias correctivas y la muerte temprana -por ataque callejero o VIH / Sida- eran el final imaginario para toda persona no heterosexual, además de que la homosexualidad era síntoma "evidente" de debilidad ideológica y cercanía con "el enemigo" -vivieras en La Habana, Moscú, Tokio o New York, tu homosexualidad te hacía vulnerable al "Enemigo" de turno.

Tengo menos de 35 años y ya en 16 países, 14 jurisdicciones + 3 territorios tribales autónomos de Estados Unidos de América, y 3 regiones de los Estados Unidos Mexicanos, las parejas homosexuales tienen los mismos derechos ante la ley que las heterosexuales.

Eso sin contar las leyes anti-discriminación, la conciencia identitaria, los avances en la terapia contra el VIH / Sida...

No, la batalla está lejos de terminar, pero ya hemos dicho "basta" y echamos a andar.

Incluso la izquierda -lenta y desigual- despierta de su letargo de casi 80 años, y reconoce ¡por fin! a los grupos, además de las clases. Se toman de la mano con Feministas, Negrxs, LGBTQs, Infantes, Ancianxs, Indígenas, Ecologistas radicales, Gentes sin tierras, sin casas o sin trabajos, Círculos de Lectura de la Biblia y del Corán, se toman de la mano e intentan andar. O sea, que empezamos a entender que el problema no son aquel racista o esa mala patrona: el problema es el sistema, el problema es el modelo de vida.

Insisto: "intentan".

Partidos Comunistas o Socialistas de todo el planeta intentan reconocer, respetar, y hacer ventajosa para la lucha política, la tremenda diversidad de las personas excluidas de los beneficios materiales y simbólicos del capitalismo. No siempre sale bien:

No siempre las personas que integran esos partidos -de formación vertical, sexista y excluyente- podrán saltar por encima de todos sus prejuicios.

No siempre los grupos excluidos podrán pasar por encima de sus suspicacias.

A veces, cada bando tendrá razón en desconfiar de las intensiones de sus "extraños compañeros de cama".

Rectifico: "intentamos".

Yo soy marxista: estoy convencida de que el Capitalismo tendrá final -como todo en esta vida- y de que yo no veré ese final. También soy feminista -y nadie me acuse de debilidad ideológica por ello-: estoy convencida de que el Patriarcado y el Sexismo son expresiones culturales extremadamente sofisticadas para justifica cierta división del trabajo, una en la que los machos heterosexuales se lo llevan todo.

Alejo Carpentier dijo alguna vez que era muy afortunado: de niño vio los primeros vuelos acrobáticos en La Habana, de adulto alcanzó a ver la primera caminata de nuestra especie por el espacio exterior. ¡Vete por ahí a perder tus pasos en las faldas de Sofía, concertista barroco!

Hoy lo comprendo: me (nos) toca vivir un tiempo mejor que el siglo XX. Si me pongo seria, Carpentier no vio más que saltos cuantitativos en su vida: una vez puesto en marcha el primer aparato volador más pesado que el aire, el vuelo de Yuri Gagarin, el saltico de Neil Amstrong y la etérea caminata de Alexei Leonov eran cuestión de tiempo.

Ahora estamos viendo, haciendo, reportando, y ¡celebrando!, cambios en los conceptos de ciudadanía, derechos, familia, acción política... Cambios CUALITATIVOS en menos de cincuenta años.

¡Yo se!

Yo se que la cosa está fatal en Uganda, y que América Latina florecen las clínicas de reconversión sexual, que Rusia y Francia retroceden, que los crímenes de odio en NYC... pero hoy es día de optimismo. Hoy la etiqueta más linda en el sitio del chisme 2.0 es #LoveWins.

En días como hoy, tengo "unas ganas tremendas de gritar"
1) locuras tipo "A la lucha, a la lucha, no somos machos, ¡es que somos muchxs!",
2) para citar en extenso el Manifiesto Comunista "Por libertad, en las condiciones actuales de producción burguesa, se entiende la libertad de comercio, la libertad de comprar y vender"
3) hasta de cantar endecasílabos del pesado de Garcilaso "tomando, ora la espada, ora la pluma".

Hoy, hasta puedo creer que eso de "tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud y en ti" no era hipérbole de poeta modernista.

La Revolución no toca la puerta. ¿Para qué? Está dentro de nuestras cabeza soñadoras.

miércoles, 26 de junio de 2013

La etiqueta equivocada

Dicen que el movimiento LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros) está a la izquierda, en el sentido de contrario a la gente conservadora que tiene esas vidas ordenadas, tradicionales y predecibles –como las series de TV de los años cincuenta. Ese modo de vida está bajo amenaza por la promiscuidad del espíritu hippie, de la cual es heredera el movimiento LGBT (cuya membresía es naturalmente incapaz de relaciones ordenadas, como todas las buenas personas saben).

En tanto peligro para las sociedades que han normalizado y defendido la sexualidad reproductiva, la superioridad masculina y el control del cuerpo y placer femenino, las personas no heterosexuales que salen del armario son una anomalía, y si se unen, una amenaza. En el simbolismo convencional que nos legó la Revolución Francesa, está a la derecha la gente que quiere dejar las cosas tal y como están, y a la izquierda la gente que quiere cambiar el mundo. Ello permite que nos reconozcamos en la arena política, lo que a la mayor parte de la gente le parece útil y razonable.

La otra gran diferencia entre la derecha y la izquierda es que la gente que quiere cambiar el mundo es tan diversa que a menudo no se soporta entre sí. Eso le da ventaja a la derecha que, además, no tiene que inventarse reglas y ver si funcionan. La derecha solo debe perfeccionar lo ya sabido y mantener a la izquierda peleando al interior (lo admito, en este punto es cuando siento envidia y considero cambiar de bando).

Entre esos grupos que están a la izquierda "por defecto", se encuentra el movimiento LGBT. No es que estas personas se conmuevan con el golpe dado en la mejilla ajena más que el resto, o que les anime un innato sentido de la justicia. Están a la izquierda porque quieren cambiar la sociedad y hacer espacio a un grupo discriminado, invisible para la historia, los derechos y la salud. Recordemos que, hasta hace menos de un siglo, las personas sexo-disidentes eran mundial y legalmente disciplinadas hacia la heteronormatividad por la fuerza (donde "fuerza" es una metáfora para torturas, hogueras, cárceles, castración, descargas eléctricas y otros recursos creativos que las películas del medioevo nos enseñan). Y a estas alturas de la batalla eso es un problema.

Primero, porque la mayor parte de la izquierda (como la mayor parte del mundo), es aún homofóbica y machista. Así que desconfían de las "locas", las "tuercas" y esa gente que "quiere" cambiar de sexo. No pasa nada, también desconfiaban de las Panteras Negras y las feministas y de los sindicatos criticones y... (de nuevo estoy tentada a cambiar de bando).

Segundo, porque la etiqueta de un movimiento con perfil social, no económico, lleva a peligrosos olvidos respecto a lo diferente que es ser no heterosexual según sean el país, la clase social, el grupo étnico o sexo que te tocaron en suerte. Vamos, que no es lo mismo ser gay entre la aristocracia francesa, que lesbiana pobre en Sudáfrica. Y esta idea de la lucha arcoiris, como la de las mujeres en su momento, ha tenido sus toques colonialistas –en el sentido de globalizar las necesidades de la cultura occidental.

Este cruce entre desconfianza homofóbica y colonialismo interno ha generado muchísimos malentendidos, la mayoría de los cuales se resumen a un solo malentendido: los gays no pueden tener más interés que la reivindicación de sus derechos. Un lado y otro del espectro ideológico (o sea, los grupos políticos de derecha e izquierda) repiten que la lucha contra la homofobia no porta ideología en sí y utilizan ese argumento constantemente: la derecha para controlar al movimiento, la izquierda para desautorizarlo. ¿Qué si alguien en verdad cree que por militar por la diversidad sexual no se puede tomar partido político? Sigue la evidencia dejada en el muro de FB del Grupo Arcoiris, que se autodefine como "anticapitalista e independiente":

Angel Tur:
¿Anticapitalista? O sea que si un gay tiene la iniciativa de crear t-shirts con arcoiris pintados a mano, ¿no los puede vender y obtener ganancias?
O sea, ¿que abogan por la diversidad sexual y el derecho de cada uno a amar a quien quiera, pero no por la diversidad de pensamiento político?
Carlos Alejandro Estrada Pérez:
Muy bonito todo, pero lo de "anticapitalista" os mete en un berenjenal peligroso, y es el de entrar directamente en el grupúsculo de aquellos que bajo presuntas reivindicaciones de género, ocultan una filiación política que es lo que realmente quieren defender.
La mayoría del mundo LGBT vive en países capitalistas, por lo que ir contra los sistemas donde viven y se desarrolla su lucha por sus derechos, es cuando menos un absurdo, cuando más sumamente cuestionable, no siendo precisamente el capitalismo, el sistema que peor ha tratado a las personas que se engloban en este movimiento, comparado sobre todo con el sistema comunista, que los ha perseguido y asesinado por millones, sobre todo en los campos de concentración o gulags soviéticos.
Y creo, para terminar, que Cuba sabe muy bien de lo que son tácticas y maneras de reprimir muy duramente este mundo, creo que aun hay por ahí mucha gente que padeció la UMAP y que conserva en su alma y en su cuerpo las huellas de semejante latrocinio.
Y claro, esto lleva a ciertos comentarios insidiosos contra quienes opinan tan a la ligera de las elecciones políticas ajenas: ¡Tremendas lagunas educacionales!

1) ¿Quién enseña que el anticapitalismo es antimonetario? ¿Acaso no son el comercio y el dinero anteriores al capitalismo?

2) ¿En qué momento de la historia tuvo la izquierda pensamiento único?

3) ¿Por qué habríamos de imitar las personas LGBT de Cuba a quienes viven en países capitalistas?, ¿no es suficiente argumento vivir en otro país para saber que las estrategias y los recursos deben ser otros?

4) ¡¿Que el comunismo ha tratado a las personas LGBT peor que el capitalismo?!

Hagamos un poco análisis cronológico y matemático: desde la Revolución Industrial y hasta 1917, el capitalismo se extendió por el mundo, por lo tanto, las personas LGBT que fueron reprimidas, castigadas, perseguidas, internadas, encarceladas y asesinadas durante más de un siglo habrá que colgárselas al capitalismo, ¿no?

Tras el triunfo de la Revolución de Octubre, incluso, la homosexualidad fue despenalizada en Rusia. Los Bolcheviques querían borrar a la Biblia de toda su legalidad, así que en 1922 se revirtió la tendencia normativa que inaugurara Pedro el Grande en 1716, al prohibir el sexo entre hombres en el ejército.

Stalin (¿por qué no me sorprende?) recriminalizó la homosexualidad en 1933. Dicen que para que todo el mundo tuviera solo dos opciones: aumentar la natalidad o irse a trabajar en los Gulags (Stalin adoraba las situaciones de ganar-ganar). Con esas y otras normas sociales definidas por el georgiano bigotudo, el autodenominado "socialismo real" se extendió por Europa Oriental y diversos países del Tercer Mundo. Es cierto, allí donde llegó el estalinismo, los prejuicios que ya existían contra la diversidad sexual fueron mantenidos o reforzados. Pero no se pude negar que la mayoría de la población del planeta vivió el siglo XX bajo el capitalismo, que no sacó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales hasta 1990. Todavía hoy, en muchos países capitalistas se penaliza la homosexualidad y es fácil montarse una clínica para curarla. ¿Culpa del espíritu de Stalin?

Pero me gusta el comentario de Carlos porque resume el problema: "lo de anticapitalista os mete en un berenjenal peligroso, y es el de entrar directamente en el grupúsculo de aquellos que bajo presuntas reivindicaciones de género, ocultan una filiación política que es lo que realmente quieren defender."

Primero está la contradicción: se acusa de ocultar una filiación política justamente cuando se la declara. Pero lo que me interesa resaltar es esa lógica nefasta, y reproducida por un montón de gente que se las da de informada: los asuntos sociales son de las víctimas y quienes los promueven no pueden tener más interés que la reivindicación de sus derechos, lo que excluye una filiación política.

¿No suena un poco tonto?

¿En serio hay quien cree que no hay maricones imperialistas, transexuales racistas, lesbianas antiaborto o bisexuales republicanos? ¿Acaso las únicas personas capacitadas para la filiación política son las heterosexuales?

El sistema político permea todo, y se sabe: es político el modo en que se respetan, o no, los días de culto; es político cómo se distribuye el costo del acceso al agua en la sociedad; es política la libertad, o no, para elegir la escuela; es político qué tecnologías son legales sobre la base a la contaminación ambiental y el daño potencial a las personas. Es político el derecho a abortar. Es político el derecho a decir en público lo que se piensa sin que te carguen la culpa de la Inquisición, si eres católica; del 11 de Septiembre, si musulmana, o de los campos de trabajo en Siberia, por comunista.

La idea de que la lucha por los derechos no es política es un producto culturalmente discriminatorio, ya que presupone que la gente discriminada no tiene capacidad para ver más allá de sus problemas personales para conseguir empleo o defender a la familia.

Entonces, ¿quién dice que el movimiento LGBT no puede tener diversidad política? La misma lógica homofóbica de siempre. Si, estamos a la izquierda, como un grupo que quiere revertir la dominación de lo heteronormativo en cada resquicio de la vida cotidiana, pero como personas, ¿quién prueba que compartimos la ideología? En cada encrucijada social tendremos, como gente diversa, opiniones diversas, filiaciones políticas diversas. No dejas de pertenecer a la comunidad LGBT por legislar contra el derecho de los obreros a sindicalizarse, luchar por la Revolución Mundial, votar a favor de las bases militares de USA en todo el mundo o unirte a "Anonimus". Serás una lesbiana republicana, un gay troskista, un bisexual militarista o un hacker trans. No hay problema, de verdad.

No dejes que te cuelguen la etiqueta equivocada, porque, para empezar, nunca tendrás tu definición con sola una.

La Habana, a fines de 2012

Publicado en Web Diversidad Sexual de SemLac

lunes, 24 de junio de 2013

Jornadas Cubanas contra la Homofobia: una mirada de futuro

Entrevista de Lirians Gordillo Piña

En 2008 se iniciaron las Jornadas Cubanas contra la Homofobia. Desde entonces hasta la fecha, el programa de actividades ha crecido y diversificado, integrando cada año nuevas propuestas. El alcance nacional, la participación cada vez mayor del público y la visibilidad de las demandas de la población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros) son algunos de los resultados principales que hoy expone este evento anual, que en seis ediciones pasó de la celebración de un día a la programación de todo un mes de acciones culturales, académicas, sociales y de activismo cívico. Este debate, titulado Jornadas Cubanas contra la Homofobia: una mirada de futuro, reúne los criterios de tres reconocidos activistas: el periodista Francisco Rodríguez Cruz, la editora y bloguera Yasmín S. Portales Machado y el crítico de arte Norge Espinosa. A partir de estas voces se ofrece una mirada plural, crítica y comprometida sobre el impacto y futuro de las Jornadas.

Foto del archivo de SEMLac (La Habana, 12 de abril de 2012)

Lea las otras entrevistas: el periodista Francisco Rodríguez Cruz y el crítico de arte Norge Espinosa.

1.  ¿Cree que las Jornadas Cubanas contra la Homofobia han contribuido a una mayor inclusión social de la comunidad LGBT en el país? ¿Por qué?

Inclusión de cierta manera. Más que de inclusión, hablaría de visibilización. La comunidad LGBT se ha hecho más visible porque tiene, por fin, algo parecido a espacios públicos legitimados de celebración, no ya de encuentro, sino de celebración y de debate. El asunto de la inclusión es más complicado, pasa por las políticas públicas, por la autoconciencia de la propia comunidad, por el lobby político. Yo me siento reticente a usar ese término.

Creo que para algunas personas sí es probable que haya ayudado a la inclusión, en tanto, sin duda, ha influido en la percepción pública sobre la naturaleza de la homosexualidad en nuestra sociedad. Quiero ser optimista y pensar que eso ha ayudado a mucha gente que tenía prejuicios superficiales o débiles a dejarlos a un lado y así aceptar a las personas LGBT.

Pero, en términos de impacto social generalizado no ha estado argumentado por el mismo Cenesex, --que se caracteriza por su optimismo--, que las Jornadas hayan significado una disminución en los casos de denuncias de discriminación laboral, problemas intrafamiliares por homofobia, de violencia dentro del colectivo trans. Estos hechos, por el contrario, están aumentando su registro en tanto al fin existen mecanismos para empezar a medirlos. Hasta que no alcancemos el pico de registro y comencemos a disminuir esas denuncias, no puedo atreverme a hablar de inclusión en términos de felicidad y mejores condiciones para toda la comunidad.

2. Varias han sido las demandas de la comunidad LGBT realizadas en el contexto de las jornadas ¿Cuáles han sido las más significativas a lo largo de estos cinco años? ¿Cuánto se ha avanzado —o no— en la resolución de esas demandas?

Podríamos hablar de dos grupos de demandas básicas. Las del colectivo trans, que incluyen el reconocimiento de la plena ciudadanía, es decir, que se reconocieran por su identidad de género antes que por sus identidades biológicas, y el acceso a las cirugías de reasignación en el caso de que las necesitaran; esto sí se ha logrado. Aunque queda por delante el reto de la inclusión laboral, la superación educacional, que ellas y ellos mejoren sus propias vidas al interior de la familia, ese proceso es largo y no se resuelve con una resolución del Ministerio de Salud Pública.

Otro asunto es el de la familia LGBT, algo que, a mi criterio, sigue lejos de ser resuelto. Para mi fue doloroso cuando, hace tres años, Mariela dijo que habían renunciado al elemento de la adopción por parejas del mismo sexo, en aras de hacer avanzar la aprobación del nuevo código de familia, y no sirvió de nada. El código de familia sigue estancado.

Hay otras cosas que están emergiendo este año, sobre todo, que es el asunto de la discriminación en el espacio laboral. Eso habla de la madurez y la evolución de un diálogo, pero creo que está lejos de solucionarse en tanto Cuba está, a nivel nacional, transformando su tejido social y eso debe influir en los derechos laborales de todos y todas. Y yo temo, aunque tengo casi la certeza, que de nuevo la comunidad LGBT va a ser dañada por estas transformaciones, pues no existe un entrenamiento entre los activistas ni hay previsiones legales conocidas para detener las manifestaciones solapadas o implícitas de discriminación en los nuevos espacios laborales. Pero esto es algo de lo que no se ha hablado mucho.

3. En estos años, ¿cuáles serían los principales resultados que avalan el impacto de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia?

Yo diría que la lenta diversificación del activismo LGBT. Creo que hemos evolucionado de un activismo básicamente elitista, liderado por especialistas desde la sexología, o intelectuales que decidieron hacer de su identidad también bandera de lucha, a una base social de activistas que han recorrido diversos caminos y que también están expresando diversidad política. Puede que estemos de acuerdo o no con sus posturas políticas, pero esto indica la evolución hacia la complejidad de la misma comunidad.

Lo segundo sería el pánico que manifiestan quienes están en contra del aumento de la diversidad. Y eso se expresa en las propias iglesias —católica y una parte de las protestantes—, las cuales han aumentado la escalada de acciones y su visibilidad en contra de la diversidad sexual y también contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Y también el pánico de muchas personas que, desde el espacio civil, han expresado dudas, que a duras penas ocultan la homofobia estructural respecto a la pertinencia de la campaña contra la homofobia. Lo penoso es que el avance del debate se vea a partir de estos comentarios homofóbicos y no de todo lo logrado.

4.¿Qué nuevas estrategias o acciones podrían fortalecer este evento anual?

Yo creo que el Cenesex ha dado algunos pasos en esa dirección, pero aún no ha sido lo suficientemente radical, en la horizontalidad de la gestión de la Jornada y no solo de este evento, sino además de la gestión de la lucha contra la homofobia durante todo el año.

El Cenesex sigue siendo un cuartel cerrado a donde se accede porque representas una institución estatal o porque eres parte de sus redes de activistas. Yo comprendo la suspicacia política de la institución, pero no comprendo su negativa a dialogar de manera transparente, en igualdad de condiciones y en público, con otras personas que apostamos por la autonomía y la independencia frente al Estado. Para mí eso lastra, una y otra vez, el impacto de la Jornada en tanto el Cenesex ve limitadas las fuerzas con las que puede contar. Y lastra a nivel de imagen internacional la coherencia con el diálogo acerca del respeto a la diferencia, que en verdad yo aspiro que marque mi sociedad, pero percibo una contradicción en la praxis.

Yo creo que la Jornada sería más inclusiva, si se decidiera a saltar del tema de la discriminación, que es real, al tema de las necesidades sociales de la comunidad, pero esto no es posible si no se abre el diálogo a otras voces dentro de la propia comunidad.

Tomado de Web Diversidad Sexual de SemLac

Desde New York 2: Sábado de teatro

El sábado pasado fue muy bueno, es la primera vez que trasnocho en USA.

Pues me fui para Brooklyn a ver a Papel Machete, que se presentaba en el 10mo Festival Internacional de Teatro de Muñecos, en el "Almacén de Ana". Ni idea de dónde estaba eso, pero partí con las instrucciones de Google Maps en un bolsillo. No llevé cámara porque pensé que el peso podría ser incómodo y eso fue sabio -al final.

Al llegar a la estación, cogí el tren A, como indicaba la base de datos de Google, pero era un expreso, o sea, que paraba cada 5 o 6 paradas normales. Me empecé a acomplejar con la idea de que la mía no fuera una parada importante y se la saltaran. Así que me bajé en 42, a esperar y mirar con cuidado, a ver si lograba descubrir la diferencia entre los A expresos y los A normales.

Estuve esperando como 15 min, que en NYC es mucho tiempo, y pasaron todas las letras, además de varios números, porque 42 es como 41 y 42 en Playa, se cruzan rutas para todos los lados. Así que me monté en el siguiente A que pasó. Nunca sabré si era un A regular o si es que el estilo expreso termina en 42, pero este tren paró en todas las estaciones que siguieron.

Después de dar un poco de vueltas (las instrucciones de Google Maps decían que subir una escalera, pero eso llevaba de vuelta a uno de los puentes que unen las islas de la ciudad, pero aparte de la linda vista, regresar a Manhattan a pie no estaba en mis planes) di con el teatro, y hasta con parte de la compañía. 

Uno de los integrantes es músico, y como andaba guitarra en ristre y obligado a calentar, tocó para mi pedazos de canciones de Silvio y Jarabe de Palo. Parecíamos un par de artistas ambulantes. ¡Anuncio de lo que sería la jornada!

La representación estuvo OK, solo que por 20 usd yo esperaba una sala con aire acondicionado, la verdad. Hubo 4 piezas cortas: "The Storming of the Winter Palace" -ocurría en 1917, pero creo que le falto espectacularidad- "Eisler on the Go" -no entendí mucho, porque esta narrada por una soprano, pero va de la vida de un músico de 1920 con mucha conciencia social- "We'll Fight with You" -la de Papel Machete sobre cómo los vecinos resisten los desalojos en Boston- y "Elephant"-sobre los cambios en Shangai y la memoria colectiva. En los entreactos un titiritero minimalista, con piezas manipuladas con fósforos, hizo un repaso de la obra de Edgar Alan Poe. Me acordé tanto de Rogelio viendo "Poe-Dunk: A Matchbox Entertainment".

Aclaro que yo estaba en el final de la sala, pero pude ver todo con detalle porque una cámara seguía las distintas puestas y las proyectaba en una pantalla por encima del escenario central. Muy buena tecnología, que hace de puestas minimalistas como la de Poe, un evento posible para un salón de más de 100 personas.

Así estábamos en el siento trasero, ¡y dos más junto al chofer!

Bueno, salimos de ahí a comer, porque los artistas estaban famélicos y todo eso. Nos apretujamos 9 en el carro del director, más la escenografía y los títeres. Aquello parecía un polky con una familia en camino para los finales del mundial de pelota en el Latinoamericano (si tal cosa fuera posible). Y en la cafetería se sumaron el mejor amigo del director, su novia y tres colegas ciclistas. Estuvimos charlando lindo. Les hablé del Taller Internacional de Títeres de Matanzas, del cual tengo muy buenos recuerdos, con mi amigo Rubén Darío Salazar Taquechel. Frances dijo que si Papel Machete anunciaba que iba a Cuba, se enganchaba hasta para cargar los títeres y lavar las sábanas, la pobre está desesperada por regresar (estuvo acá en marzo, para una investigación sobre la autoimagen de las afrodescendientes cubanas), pero no tiene dinero propio, y una beca para artes escénicas es algo plausible.



De ahí decidimos irnos (cuando cerraron el local) para un barcito boricua, volvimos a apretujarnos en el carro, ahora con 2 más. La solución fue meter a Frances y David entre los títeres y una cabeza de papier maché de metro y pico de altura. ¡Tremendo el asunto!

El barcito es tan, pero tan, pero tan alternativo, que no aceptan tarjetas de crédito. Todo en efectivo.

Nos pusimos a discutir sobre si la salsa puertorriqueña es mejor o no que la cubana, ¡con salsa dominicana de fondo musical! Al final concluimos que van por caminos diferentes la música de PR y la de Cuba, aunque el origen es nuestro y las eternas bendiciones se derramarán por siempre de todo el Caribe a Cuba por el Son y la parentela.

Firmamos la paz al bailar "Pedro Navaja". ¡Viva Panamá!

Llega otro compañero, en taxi, y dice que sabe que cerca hay una "fiesta de desahucio" ¿Qué es eso? pregunto: Nada, que al amanecer van a vaciar el edificio para derrumbarlo o algo así, esta noche los vecinos se despiden de sus casas. ¡Oh! Todo el mundo se emociona, ¡vamos para allá! El problema es que ya no hay modo de moverse en el carro y no hay presupuesto para taxis.

¡Google Maps viene en nuestra ayuda! ¿A qué distancia es? 25 minutos caminando. Les animo: "Vamos, vamos, dejen el aburguesamiento, que 25 min de mover los pies no son nada".

Nos movemos a través de Williamsburg, de  la zona más latina a la recientemente enriquecida (por eso desalojan a esta gente, van a renovar el edificio). Por el camino vemos basura tirada en la calle, paredes desconchadas, gente dormida en el piso.

Cruzamos entre 4 fulanos con brazos tatuados y miradas torvas que cogían el fresco en la calle. ¿Perdón? Los pandilleros no toman fresco, ¡hemos pasado por delante de un "Punto"!, comentamos dos cuadras después, ya seguros de que no pueden oírnos y ofenderse. Francés no entiende: ¿ellos eran de un culto? No, que eso era un "Punto". Sigue sin entender: no parecían gays. No era un "Punto de encuentro", sino un "Punto de venta de..." Frances se pone más pálida de lo habitual "¿de verdad?" Vamos a seguir, anda, y no te separes del grupo.

La cosa en el edificio fue una decepción: una peste a gente que no usa desodorante (dicen acá que es tóxico y que el olor de la gente es valioso y no se qué más) con hierbitas no muy legales. Finalmente hallamos respiro (literal) en el techo, pero ya era tarde (más bien temprano), los vecinos querían que bajara el ruido y como este es un país muy "educado" la anfitriona pidió que nos fuéramos todxs al sótano. Me negué, porque entre los perfumes varios y unos adolescentes borrachos que creían divertido tirar botellas de cristal al aire el ambiente no era de mi gusto. Nos quedamos charlando de política en la acera, los compañeros bebían unas cervezas y... llegó la policía.

En USA está prohibido beber alcohol en la calle, así que había razón para preocuparse. Ahí el único yuma del grupo, que había estado como alienado toda la noche, pues no habla español, tomó control de la situación:

"Calma todo el mundo, dejen las botellas suavemente en el suelo, levántense, y ahora caminamos despacio hacia allá que es donde está el carro" -por si hay que irse, supuse.

Por suerte estábamos en la parte "fina" de Williamsbrg, así que los polis empezaron haciendo preguntas, de persona en persona y entraron al edificio con gran educación. Desde 50 metros de protección, comentaban los boricuas que, si pasa en Harlem o en el otro lado del barrio (donde el bar en efectivo y  "Punto") entran a puro golpe y grito, pero claro... acá hay gente que paga abogadxs.

Al salir, los polis se toparon de cara con un par de rubias empinando whisky, las muy come-basuras, y  pudieron llenar sus planillas para ganarse el pan, que todo el mundo tiene derecho.

Ya eran las 3 30 am y decidimos terminar el paseo. 6 nos fuimos a buscar el metro, el resto a ser repartidxs en el carro del director. Tomamos los trenes L y 2 sin novedad, luego yo me monté en una guagua 60, que me deja a 2 cuadras, pero no me iba a quedar en medio de Harlem esperando una 15 que nadie sabía cuándo iba a pasar ¿verdad?

¡Y se acabó el sábado de teatro!

jueves, 13 de junio de 2013

Desde New York 1

Desde Staten Island. Foto de Yudivián Almeida

¿Qué decir de esta ciudad grande y amable?

New York no se parece mucho a lo que vemos en TV, poco glamour, mucho español, gente amable, aire apestoso, audífonos en casi todas las personas, carteles públicos en inglés, español y chino (no se qué tipo de chino, pero creo que los 2 se escriben igual).

Me manejo bastante bien por la calle: busco la dirección en google maps, la anoto y estudio, después cojo la calle. El otro día, al llegar a Baruch College buscando a Ted Henken, una profesora me dijo que parecía una newyorkina por lo segura que caminaba por la calle. Está bueno, ¿no?

Estoy en un barrio muy bonito, Columbia Heigths, que es básicamente propiedad de la Universidad de Columbia, se cree que en esta zona de 10 cuadras está la mayor densidad de PhD x Km2 del mundo, no lo dudo. Lo más loco es que limita con Harlem y el barrio de los dominicanos, así que hay seguridad ciudadana para mi por académica y por negra.

Alex me dijo más o menos el primer día: "no corres peligro en Columbia, pero menos peligro aún al norte o al oeste, porque eres negra y latina. Tu pisas fuerte en este barrio".

Además, Columbia tiene uno de los servicios de internet más rápidos del mundo. Las páginas bajan a una velocidad de miedo. Por suerte, este teléfono (de 15 usd) que me compré tiene una velocidad similar a la que dejé en casa, sí que de vez en cuando miro el mail ahí, para recordar nuestra realidad.

El apartamento es grande para los estándares de esta ciudad (todo es relativo), pues tiene cocina, sala, baño y 2 cuartos. Como los hoteles son tan caros en NYC, Alex se la pasa recibiendo investigadores y estudiantes. No se puede esperar menos de un tipo como él… Imagínense, regresará de Francia el miércoles con 3 colegas, mientras yo estoy en Boston, así que cuando regrese el domingo de más arriba seremos 5. Por suerte pedí al sofá por adelantado, pero tendremos que hacer cola para el baño, en el mejor estilo de Cuba.

¿Latinoamérica? ¡Por todos lados! El portero me vio hablando en español con la empleada de limpieza del edificio y me reclamó que a él le hablé en inglés. "¡Oh! Perdón, es que nos presentaron de modo muy formal y…" Aclarado el asunto, reflexiono sobre la persistencia del español en estas calles, en este Imperio.

¿Es bueno que alguna gente se aferre a “su idioma” y pierda capacidad para el diálogo con el Poder, que sigue escrito y pensado en inglés?

¿Cómo opera la clase política “latina” con esta audiencia electoral?

¡Mejor no pensar en semejantes complicaciones! Al menos hasta que regrese a Washington DC para jugar a la política.

Me acuerdo mucho de mi madre, porque ando básicamente entre docentes, todo el mundo se queja de muy pocos alumnos tienen verdadero interés, y de esos, menos aún saben qué hacer con un libro y una libreta.

Por ejemplo: una profesora que enseña Introducción a América Latina me contaba que en su grupo llegan sin saber la diferencia entre un Latinoamericano y un Latino. O que “al sur de la frontera” se hablan más de 2 idiomas. Además, se quejan de que los libros son aburridos, las clases largas y las pruebas difíciles. ¿Suena familiar?

Extraño cantidad y la tecnología me ayuda. Oigo a Buena Fe, Rochy, Charanga Habanera, Van Van, David Blanco... Es que quisiera que mucha gente buena estuviera en esta aventura conmigo, viendo los edificios, los árboles, la gente corriendo en el metro.

Se que es que la lluvia me pone melancólica... pero no se preocupen, en poco tiempo estaré de regreso.

domingo, 9 de junio de 2013

FOTOPOST Contrastes en Nueva York

Ari, un joven estudiante de Sociología de Internet en Baruch College, me llevó a caminar por New York, su ciudad.

Tras cruzar el Centra Park para tocar la estatua de José Martí, Ari me propuso entrar a una de las tiendas más caras de esta ciudad (que yo ya etiqueté de cara). "Así podrás ver y sentir algunas de las cosas más bellas que se atesoran en New York" entramos con el sobrentendido de mirar, tocar y suspirar, pues la última de las baratijas de Bergdorf Goodman no están a nuestro alcance.

De todos modos me quedé impresionada por los precios. Mucha gente vive en New York con menos al mes de lo que cuestan algunos de estos zapatos, abrigos o alfombras de piel (tigres verdaderos fueron sacrificados para hacer feliz a quienes visitan esta tienda de departamentos).

El contraste con  el desamparo de la gente "homeless", fácil de encontrar en las calles, me perturbó.

Bueno, les dejo las tres imágenes y ustedes me dicen:


Este pantalón tan lindo...
 
... está en rebaja ¡aproveche!
 
Señor ¿no cruza el Central Park para las rebajas de Bergdorf Goodman?

miércoles, 5 de junio de 2013

Perfil demográfico de la blogosfera “hecha en Cuba”. Primeros resultados de investigación


Podemos discutir sobre esta investigación a través de Twitter.com, usuario @nimlothdecuba, hashtag #InternetinCuba, el 5 de junio de 2013, de 1 a 2 pm, hora de New York.