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Vivir en Cuba y ser Queer ha sido elección. Mi vida es un fino equilibrio entre el ejercicio de la maternidad, el feminismo y el marxismo crítico.

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domingo, 20 de febrero de 2011

Feria del Libro 2011: Informe confidencial sobre cierta reunión en contra de la uniformidad literaria

Camarada comisario del Sindicato, ha continuación le informo sobre la reunión autorizada, número 10-09-20110220, la cual me fue asignada para supervisar, y detener cualquier desviación ideológica. Se me citó para tomar nota de todo lo que ocurriera en la sala Alejo Carpentier a las 12 horas, con el asunto de presentar al público el Nº 10 de la revista El Cuentero, adscrita al Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso.

Parte de autocrítica: por problemas con la compañera enlace y el transporte, no llegué con diez minutos de anticipación como se recomienda en el manual Konspy–69, para estudiar el área y reconocer a los sujetos con carácter de peligrosidad.

Local y personal reunido para la asamblea: Al arribar a la sala pude reconocer de inmediato lo pertinente de que se asignara un agente, pues había un sospechoso con el pelo largo y muñequeras, un hombre con gestos de degeneración sexual burguesa y otras personas con vestuarios extravagantes y de origen extranjero. El conocido escritor –militar–maestro–agitador–promotor de jovencitos intelectuales, Eduardo Heras León, se encontraba allí con cara de satisfacción. En la mesa frontal se sentaban dos hombres jóvenes correctamente vestidos, pero sus espejuelos de montura fina denunciaban debilidad ideológica. En un pequeño estrado, la revista de bello color rojo.

Descripción de personas en el estrado y primera detección de peligrosidad: El hombre en el uso de la palabra se llama Rafael de Águila y es uno de los jovencitos intelectuales protegidos por el agitador Eduardo Heras León. Primero me sentí muy a gusto, pues hablaba duro por el micrófono como si de arengar a una multitud se tratase, y yo casi me sentí trasladado a un día hermosamente proletario y de masiva marcha. La mirada enfebrecida del presentador se movía por el público y regresaba a su texto, dando muestras de conocer a fondo el material que comentaba. Pero en cuanto pude escucharle con atención descubrí, escandalizado, que ese intelectualoide convocaba a admirar los argumentos pequeñoburgueses de una tal Virginia Wolf a la que nunca antes oí mentar en las reuniones de preparación y que, por lo que entendí, no abraza el realismo socialista.

Sobre la primera parte del discurso: Resulta ser que esa Virginia Wolf —no mencionaron el número de su comité del partido, la fábrica donde trabaja, ni la asociación de escritores a la que pertenece—, explicaba la imposibilidad, o suprema dificultad, de comprender la literatura rusa traducida, pues para penetrar verdaderamente en un texto hay que conocer su idioma original y la naturaleza del alma del pueblo de donde nace. Esta lógica era extendida a una gran cantidad de obras de autores burgueses de habla no inglesa; autores que no recuerdo militen en los partidos de sus correspondientes países y por lo tanto, no deben ser leídos. Para explicar la carencia esencial, se usó la metáfora —recurso burgués por excelencia— de los sabores, de tal modo que leer a Dostoievsky en cualquier otro idioma sería una experiencia de degustación incompleta, dejaría ansias del sabor verdadero de su prosa. Yo considero que todo eso es revisionismo evidente.

Sobre la segunda parte del discurso: Rafael de Águila comentó otros materiales; mencionó con brevedad los recursos y elementos distintivos de los relatos publicados, así como ofreció una valoración general de este número. En clara muestra de que sus referentes literarios están marcados por la desviación ideológica, de Águila citó al escritor y pedagogo Francisco López Sacha —tiene abierto expediente por escuchar a Little Richard y The Beatles en la escuela— quien había augurado en la presentación del número cero de esta revista, año 2006, que rompería paradigmas. En sintonía con aquella afirmación, el presentador de hoy dijo, en metafórica desviación ideológica, que “El Cuentero y el Paradigma se miran a los ojos”.

Sobre las conclusiones del discurso: Para Águila es un mérito que este número de El Cuentero publique diferentes corrientes del cuento contemporáneo, y señaló, como un elogio, que esa pluralidad la defiende el equipo de la revista habitualmente. En ese momento me tambalee y el agitador Eduardo Heras León me miró con curiosidad, pero fingí haber dejado caer un libro y dejó de prestarme atención. Al final del discurso se intercalaron distintos adjetivos similares al mismo tipo de entonación laudatoria.

APLAUSOS

Segunda detección de peligrosidad y ruego de intervención: Mientras varios de los asistentes se movían hacia el fondo de la sala a comprar el Nº 10 de El Cuentero, otras personas se acercaron al agitador Heras León, para felicitarlo. Este comentó que el número once será de color rosado y dedicado al erotismo de todo tipo, o sea, que no solo habrá impresiones de relatos sobre relaciones carnales entre personas normales, sino que también habrá espacio para esa propaganda de degeneración sexual burguesa que promueven los capitalistas para desviar a los jóvenes de sus deberes en la transformación de la sociedad y a las muchachas en su obligación de dar hijos a la patria. Ruego al camarada comisario del Sindicato que detenga este plan.

Anexo 1: Lista de los artículos publicados en El Cuentero ruso y sus autores para poder indexar los datos en las fichas correspondientes o abrir nuevos expedientes cuando corresponda.

“La habitación iluminada”, de Juan Villoro
“Retrato de Anna Lidia” de Gleyvis Coro
“Hola, Ale” y “El Ave María” de Anna Lidia Vega
“El planeta de los judíos”, de Gary Shteyngart
“Ivana Ivanova y la peste a grajo” de Yoss
“La escuela del talento” de Vladimir Nabokov
“Happy together” de Legna Rodríguez Iglesias
“La amante fiel” de David Leyva González
“La puta madre patria” de Miguel Antonio Chávez
“2 textos” de Mario Levrero
“Sangre de dinosaurio” Abel Fernández–Larrea
“El punto de vista ruso”, de Virginia Wolf
“Calvina” de Eudris Planche
“Vidas color de rosa” de Daniel Alejandro Sené
“Quién cuidará a los perros” de Delis Gamboa
“Quince para uno y uno para quince” de Yonnier Torres
Noticias y convocatorias

Anexo 2: ¿Cómo se autodefine el equipo editorial de El Cuentero?


Aventura, riesgo, polémica, son términos que suelen caracterizar todo nuevo proyecto cultural. Aventura de la imaginación  acompañada de los riesgos de toda labor de creación, y que necesita del ejercicio de la polémica para generar su propio desarrollo. Eso pretenden ser las páginas de El Cuentero, una revista dedicada a los géneros narrativos en general y al cuento en particular, que se propone compartir los hallazgos de sus predecesoras latinoamericanas ya desaparecidas: El Cuento (mexicana), dirigida por Edmundo Valadés y Puro Cuento (argentina), dirigida por Mempo Giardinelli, y explorar nuevas vías  dentro y fuera de las sendas abiertas por dichas revistas.

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