“Existe una percepción de que la política es cosa de especialistas, cuando en realidad la política es cosa de todas las personas, hecha para las personas, sobre la vida y experiencia de las personas”, advirtió el ensayista y profesor Julio César Guanche en una de sus intervenciones como moderador de la mesa que reunía al trovador Inti Santana, la narradora Dazra Novak, y la guionista de cine Onaidy Gutiérrez.
En busca de claves íntimas para la aprensión de la realidad, cada ponente fue instado a intervenir a partir de tres preguntas: ¿Qué idea de Cuba les prometieron sus mayores? ¿Qué idea de Cuba tienen ustedes? ¿Cómo se relacionan estas dos ideas?

El encuentro se realizó los días 12 y 13 de este mes de marzo en la Sociedad Cultural “José Martí”, en el barrio habanero del Vedado, convocado por la sección de crítica e investigación de la Asociación Hermanos Saíz de Ciudad de La Habana.
En los recuerdos infantiles de los participantes en la mesa, ubicados en la década del ochenta del siglo XX, la realidad era presentada sin matices, con un dualismo que separaba a buenos y malos, socialistas y capitalistas, y paralizaba el ejercicio crítico. Para Dazra Novak era especialmente desagradable el hecho de que su escuela “daba un discurso de comparación y agradecimiento por la maravilla que tenía”.
Respecto al presente, los temas álgidos fueron la migración y la falta de diálogo con las estructuras gubernamentales. “Yo desearía no tener que decir adiós”, comentó Novak. “Para eso la juventud debe sentirse actor de la sociedad. Y apropiarse de un pedazo de la realidad para actuar sobre ella”, dijo la narradora.
Reflexionando sobre el mismo problema con el poder, Inti Santana confesó: “quisiera que cambiara la burocratización, la regresión que percibo en el intento de controlarnos con un discurso hegemónico”.
Más adelante, Guanche provocó a panelistas y público a exponer si aquella Cuba que les prometieron sus mayores tiene algo que ver con esta en la que viven y cómo pueden vincularse ambos imaginarios.
Para los tres panelistas la clave está en la construcción de un sistema democrático participativo. Onaidy Gutiérrez “quisiera que se recuperaran los valores que se han perdido; que podamos coexistir en democracia”. Sobre lo que Santana abundó: “la democracia yo la imagino como espacio para cada persona, no para que nos aplaste la mayoría”.
Aunque Julio César Guanche llamó la atención sobre el peligro de la manipulación de las minorías por la democracia representativa, que convierte las identidades en espacios estancados, de modo que las estructuras de poder no son afectadas por la expresión de la diferencia.
Respecto a la posibilidad de la reflexión para reconstruir la acción política, varias personas intervinieron para acotar la naturaleza de este diálogo.
Para el investigador Hiram Hernández Castro “crear espacios para debatir es necesario porque pensar es hacer.” Un joven historiador, por su parte, señaló que “el diálogo debe cruzar las líneas sociales, no solo intergeneracionales”.
Yo no me podía quedar callada en tal debate: ¿Pero cómo dialogamos si nuestros mayores se niegan a negociar los sentidos de las palabras, que es el primer paso para establecer un lenguaje común? La pertinencia de esta inquietud fue reconocida, pero la persistencia parece ser la única salida.
“Debemos lograr que cada grupo dialogue desde su experiencia”, insistió Novak. (2010)
La versión original fue publicada por Voces de la IPS
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