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Vivir en Cuba y ser Queer ha sido elección. Mi vida es un fino equilibrio entre el ejercicio de la maternidad, el feminismo y el marxismo crítico.

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jueves, 26 de junio de 2008

Diversidades Sexuales y Ciudadanía 3

¿Quién define a los apt@s para la ciudadanía?

Vale aclarar que estuve leyendo a Gramsci y Althusser, por lo que las ideas de Sociedad Civil, Hegemonía y Aparatos Ideológicos del Estado me rondan la cabeza.

Luego, formulo así la pregunta porque ambas lecturas problematizan la idea de quién es ciudadan@ y cómo se accede a tal estatus, pero también sobre el poder de los Estados para definir el modelo de ciudadanía aceptable.

Tanto Puar como Ochoa se centran en la relación del Estado con los modelos de ciudadanía y la permanente negociación a que los mismos están sujetos entre las personas incluidas y excluidas. Sin embargo, ninguno de los dos textos se detiene en el poder de los medios de comunicación para simular debates alrededor del proceso. Estoy hablando, por supuesto, de los medios informativos y culturales entendidos como Aparatos Ideológicos del Estado (AIE).

Por ejemplo, cuando Puar analiza la reacción del Washington Post sobre el capítulo de El ala oeste de la Casa Blanca (West Wing) (p. 133-134), no se detiene en que tanto la serie de la Warner Brothers como el periódico reproducen un sistema de ideas unitario, el de la penalización del fundamentalismo fuera de las fronteras de USA. De modo similar, Ochoa refiere su experiencia con las ONG como son entendidas en USA: parte de la sociedad civil (p. 248), y problematiza la idea de democracia a partir de la existencia de lo público (Estado), lo privado (mercado) y las ONGs (sociedad civil). Aunque luego refuta la estructura, me interesa detenerme en esa idea inicial de que la sociedad civil existe como campo aparte del Estado y el Mercado, porque ella la refiere tomándola del sentido común. ¿Lo es?

No se trata de la respuesta –más bien de las respuestas posibles- sino de que ambos ejemplos presuponen un verdadero disenso dentro del sistema económico capitalista patriarcal occidental en el que esas estructuras y discursos se generan. Yo no creo que tal cosa sea posible, al menos como están descritos en los textos. Apuesto en cambio por la ciudadanía subjetiva y la igualdad diversa, dos procesos que en tanto emancipadores, no convienen a l@s poderos@s.

Reporte de lectura 9 de junio de 2008
Tema: Paisajes Fronterizos en la Construcción de Nuevas Subjetividades
A porpósito de:
Puar, Jasbir K., Amit S. Rai, 2002, “Monster, Terrorist, Fag: The War on Terrorism and the Production of Docile Patriots” en Social Text 72, 20, 3, p. 117-148.
Ochoa, Marcia, 2004, “Ciudadanía Perversa: Divas, Marginación y Participación en la Localización en Mato, Daniel (ed.), Políticas de Ciudadanía y Sociedad Civil en tiempo de Globalización, Caracas, FACES, Universidad Central de Venezuela, 2004, p. 239-256.

Diversidades Sexuales y Ciudadanía 2

No entiendo por qué se llama Lesbofobia, leí y leí, esperando mi aparición, la aparición de las mujeres quiero decir, porque las lesbianas son mujeres, y yo soy mujer, así que hay cosas que nos unen –algunas otras cosas me unen a l@afrodescencdientes y otras más a l@s caribeñ@s–, una de ellas la discriminación de género. Bueno, llego al final y me entero de que estas páginas son solo un fragmento. No me conformo.

Igual, regreso y medito sobre lo que supongo el centro del asunto: las cadenas simbólicas coitocéntricas, machistas y heterosexistas que modelan el ordenamiento de jerarquías alrededor de las prácticas sexuales en este lado del mundo –la mitad de las prácticas tomadas de la página de contactos (Viñales 2002:53) me son lejanas o desconocidas, hay que ponerse al día– y me preocupo: ¿Juego yo el juego de esas jerarquías? ¿Podría ser consciente de ello? ¿Y si me auto-descubro jerarquizando qué?

Preguntas sin respuestas satisfactorias, en tanto estar dentro de la cultura me inhabilita para percibir los puntos ciegos a partir de los cuales se asienta mi lenguaje, mi sentido del mundo y del sexo –conste que pienso en placer.

El género existe y persiste, es una personal batalla cotidiana. La novela de Sampedro que citan al final me incomoda un poco –debilidades totalitarias que mi analista no resuelve– porque mi propia batalla por desnaturalizar mi género arremetió con medias y ligueros, al tiempo que me esperanza, porque parece que hallar amantes lesbianos no es solo mi idea. Eso es importante, descubrir que lo queer no por transgresor es singular, más bien al contrario, aunque ciertas economías del cuerpo se empeñen en negarlo.

Reporte de lectura 4 de junio de 2008
Tema: El método etnográfico para analizar las Construcciones de Ciudadanía Sexual
A propósito de: Viñales, Olga, 2002, Lesbofobia, Barcelona, Ediciones Bellaterra, p. 25-65.

Diversidades Sexuales y Ciudadanía 1

¿Puede sobrevivir lo queer siendo fiel a sí mismo?

“Si la teoría queer es una escuela de pensamiento, su visión de lo que constituye una disciplina no es en absoluto ortodoxa” (Spargo, 2004:15). Esta afirmación, enunciada por Tamsin Spargo al inicio de Focault y la teoría queer, está ciertamente bien ubicada, en tanto genera una lectura paradojal del resto del texto. Paradojal en tanto, a pesar del enunciado, Spargo establece una genealogía de las influencias, temas fundamentales y resultados investigativos obtenidos, o sea, dibuja la evolución de una línea de pensamiento.

Por supuesto, el que una Teoría que se niega a ser encasillada como tal tenga que ser narrada como todas las otras teorías que en el mundo son –de dónde, por qué, cómo, a dónde– podría ser interpretado como un atributo más de la naturaleza de ruptura de lo queer, lo que en sentido inverso. Yo prefiero entenderlo como manifestación de la crisis metodológica de los mecanismos expresivos de las ciencias sociales frente a los estudios del deseo. La ars erótica es ajena a nuestros sistemas de pensamiento y la scientia sexualis no se enfocó antes en el placer, así, tanto las historias de la sexualidad son factibles y hasta deseables –todo sea por preservar el buen nombre de la libertad de elección–, pero los análisis del placer escabrosos y abstrusos. Luego lo queer, aunque intente expresar una idea de existencia común asociada a prácticas antes que a las identidades, debe ser reconstruido ante nuestros ojos con las herramientas metodológicas normalizadas y comprensibles, que irremisiblemente traicionan su naturaleza transgresora.

Me pregunto, entonces, ¿puede sobrevivir lo queer siendo fiel a sí mismo? Yo entiendo la lucha política como uno de los espacios donde se negocian los derechos de l@s personas ante sus iguales a diversas escalas. Personalmente no veo contradicción entre l@s autodenominad@s queers y el ser reconocid@s como iguales por l@s que elijan otras etiquetas. Sin embargo, de la manera en que se entiende la cosa a nivel de “sentido común” para ser reconocid@ como igual debes ser respetable, algo incompatible con el carácter sistemáticamente transgresor a que aspira la Teoría Queer. Mi respuesta sería: hay que dejar cambiar las reglas de acceso al campo político.

Reporte de lectura 2 de junio de 2008.
Tema: El método etnográfico para analizar las Construcciones de Ciudadanía Sexual.
A propósito de: Spargo, Tamsin, 2004, Focault y la teoría queer, Barcelona, Editorial Gedisa, p. 15-56.

lunes, 16 de junio de 2008

CONTRA LA DISCRIMINACION Y XENOFOBIA

De mi hermano Igor: