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Vivir en Cuba y ser Queer ha sido elección. Mi vida es un fino equilibrio entre el ejercicio de la maternidad, el feminismo y el marxismo crítico.

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miércoles, 13 de mayo de 2015

Me mudo

El nuevo blog se llama "Mi vida es un fino equilibrio", no pude ponerle el mismo dominio que acá, pero quedó bastante cercano. Las nuevas actualizaciones llegarán por: https://yasminsportales.wordpress.com 

domingo, 10 de mayo de 2015

Entre las montañas

De lejos, las montañas nevadas parecen piezas de carne recocida sobre las que se derramó un pomo de pintura blanca. El goteo se ha extendido por las grietas. La pintura blanca brilla bajo el sol.

De cerca, es posible apreciar el carácter irregular de la nieve fundida: son pedazos de hielo. Así que a unos veinte metros, y desde la guagua, parece que machacaron cristal y lo esparcieron sobre la tierra. Puedes ver los bordes de los pedazos más grandes -su filo amenazador- y el patrón irregular de reflejos solares que esos millones de espejos de agua generan antes de regresar al estado líquido.

El contraste con la tierra –opaca y granulosa- hace de la nieve fundida un espectáculo aún más hermoso y, por supuesto, letal. 

En camino a Golden

Ya llegaron las montañas.

Primero son un dibujo lejano: detrás de los bosques hay una curva del paisaje con brochazos de gris y blanco. Si, algunas de las cimas aún tienen nieve.

Luego el horizonte se cierra. El bosque ya existe solo en la falda de la montaña. Poco a poco la tierra se levanta y la imagen amable de la primavera que se anuncia entre granjas bucólicas desaparece. La tierra que se levanta a los lados de la carretera es dura, irredenta, en absoluto interesada por estos mamíferos lampiños que excavan zanjas para que sus artefactos de metal alimentados con jugo podrido de dinosaurio pasen.

Parece que la guagua avanzara entre sucesiones de palmas de manos con los dedos alzados al cielo. Son dedos de piel gruesa verde y extremos de uñas afiladas, negras, agrietadas. Son las Montañas Rocosas (original el nombre ¿verdad?)

Estas son las primeras estribaciones de la parte norte del Cinturón del Fuego del Pacífico. La violenta cadena de montañas va desde Alaska hasta Chile, así que creo que, de cierta forma, he vuelto al Pichincha.

Entramos a Golden y empieza a llover. 

Estación de Calgary

No veré de esta ciudad nada más que algunos edificios y su terminal de ómnibus. Calgary es el final de mi descenso casi vertiginoso hacia el sur de Alberta, fin de la primera parte de mi aventura por los paisajes montañosos de Canadá.

La estación es un poco como todas las estaciones de transporte urbano de larga distancia: tiene filas de asientos – insuficientes-, un baño con puertas desgastadas y el extremo del espejo rajado, una cafetería mediocre y dos vagabundos habituales –en este caso un hombre y una mujer de rasgos indígenas. A veces me pregunto si las terminales urbanas siempre fueron así. Acaso esa sea la cualidad que desarrollan los espacios hechos para el tránsito. Pero acaso este aire de desgaste se debe a al desarrollo del transporte aéreo y la proliferación de los autos familiares.

Por ejemplo: A mi lado, un joven de cabello rubio oscuro habla por teléfono. Su voz alta y gestualidad expresiva me permiten saber que la reunión familiar que lo sacó de su casa ha ido bien y que montar Greyhound (la compañía de ómnibus) ha traído de vuelta recuerdos de infancia asociados a su madre.

Entonces, ¿quién viaja largas distancias por ómnibus en estos días acá en el “primer mundo”? Parece ser una opción para eventos apresurados o grupos grandes y de escasos recursos –como esa familia que está a cuatro filas de mi: un hombre, tres mujeres, dos niños de unos diez años y dos bebés muy ruidosos. Si, estoy rezando porque no vayan hacia Vancouver.

Ya abordamos, parece que no llevaremos niños. Tengo por delante diez horas de viaje hacia el oeste: Golden, Revelstoke, Salmon Arm y Kelowna son las ciudades donde nos detendremos. Kelowna, en la rivera del Lago Okanagan, dentro del Valle Okanagan, será el sitio de comida, pues hay un alto de una hora y quince minutos en esa ciudad el extremo sur de Columbia Británica.